3. Dominio Bacteria y Archea
Los
reinos de la naturaleza
Hasta
hace cerca de tres décadas todos los organismos eran agrupados en cinco reinos:
monera, protista, fungí, planta y animal. Desde entonces, es cada vez más
aceptado el sistema que agrupa a todos los organismos en tres dominios: Bacteria, Archaea y Eukarya.
Años atrás existían
cinco reinos de la naturaleza, actualmente el reino monera desaparece y pasa a
dominio Bacteria y Archaea, quedando solo cuatro reinos, el protista, fungí,
planta y animal, los cuales tienen todos célula eucariota y hacen parte del
domino Eukarya.
En un primer momento, la
clasificación de los procariontes (célula procariota) se basó en la utilización
de caracteres fenotípicos generales y características de tinción. Luego se
obtuvieron árboles de asociaciones entre microorganismos, para lo cual se
usaron las capacidades bioquímicas y metabólicas. Para construir estos árboles
se tenían en cuenta las vías de obtención de energía y los tipos de nutrición,
las condiciones fisicoquímicas de vida y las capacidades para utilizar
diferentes fuentes de carbono, nitrógeno y azufre mediante procesos de
oxidación o de fermentación.
Carl
R. Woese utilizó las similitudes y las diferencias entre secuencias del rRNA
16S para medir la distancia evolutiva entre diferentes grupos de bacterias. De
esa manera se pudo establecer, desde el punto de vista filogenético, la
existencia de tres dominios: Archaea, Bacteria y Eukarya. Archaea y Bacteria
son procariontes, pero en el aspecto molecular son tan diferentes uno de otro
como lo son de Eukarya. Las ideas más aceptadas sostienen que los eucariontes
surgieron por unión simbiótica de dos o más células procariontes y que la línea
de Archaea está más ligada a la de Eukarya que a la de Bacteria.
¿Para
qué se pueden utilizar las arqueas?
Las
arqueas tienen su importancia en la tecnología. Las extremas condiciones en las
que estos microorganismos pueden desarrollarse, han sido estudiadas en
profundidad, y se ha visto que esto es posible gracias a que estos
microorganismos disponen de determinados enzimas que permiten que esto sea
posible. Gracias a esto, algunas de estas enzimas se están utilizando hoy en
día para realizar reacciones en condiciones extremas. Existen arqueas metanógenas que son utilizadas para el
tratamiento en depuradoras de aguas residuales, al realizar la digestión
anaeróbica de los residuos, produciendo biogás, y las enzimas de arqueas
extremófilas son capaces de resistir temperaturas elevadas, pudiendo realizar
su función a más de 100ºC, con lo que pueden procesarse alimentos a elevadas
temperaturas (leche baja en lactosa o suero de leche). Las enzimas de las
arqueas termófilas también tienden a ser muy estables en solventes orgánicos,
por lo que pueden utilizarse en una amplia gama de procesos respetuosos con el
medio ambiente para la síntesis de compuestos orgánicos.
Gracias a la biotecnología,
constantemente se están buscando nuevos microorganismos productores de enzimas
capaces de resistir las condiciones drásticas de los procesos industriales.
Menos del 1% de los microorganismos que existen han sido estudiados, por lo que
se estima que existen millones de ellos por descubrir, encontrándose la mayor
parte de ellos en ambientes en los que las condiciones de crecimiento son
extremas e imposibles para otro tipo de organismos (microorganismos
extremófilos, psicrófilos, hipertermófilos, osmófilos, alcalófilos…). Estos
microorganismos, constituyen sin lugar a dudas una fuente potencial de enzimas
nuevas. Por ejemplo, los psicrófilos sintetizan enzimas con modificaciones bioquímicas
que les permiten funcionar a bajas temperaturas, así como moléculas que reducen
el punto de congelación del agua dentro de la célula. Una nueva clase de
antibióticos potencialmente útiles se derivan de este grupo de organismos. Ocho
de esas sustancias ya han sido caracterizadas, pero podría haber muchas más,
especialmente en Halobacterias. Estos compuestos son importantes porque tienen
una estructura diferente a la de los antibióticos bacterianos, de manera que
pueden tener un modo de acción diferente. Además, podrían permitir la creación
de nuevos marcadores seleccionables para utilizarlos en la biología molecular
arqueobacteriana. El descubrimiento de nuevas sustancias depende de la
recuperación de estos organismos del medio ambiente y de su cultivo.
La gran biodiversidad
existente entre los microorganismos extremófilos y su capacidad para sintetizar
proteínas y enzimas, activas en estas condiciones extremas, ha abierto un
prometedor panorama en la biotecnología, ya que gran parte de los procesos industriales
ocurren bajo condiciones extremas de temperatura, presión, fuerza iónica, pH y
solventes orgánicos. Además, estas enzimas pueden ser usadas como un modelo
para diseñar y construir proteínas con nuevas propiedades de interés para
determinadas aplicaciones industriales, a través de la manipulación genética de
microorganismos.
Las principales industrias
que se han visto beneficiadas con el uso de estas extremoenzimas son las
productoras de detergente, la alimentaria, la textil, la peletera, la papelera
y la farmacéutica. Los termófilos y los hipertermófilos son los grupos de
extremófilos más estudiados; las enzimas que han sido aisladas de ellos han
sido objeto de diversas investigaciones y aplicaciones industriales y
biotecnológicas, ya que son extremadamente termoestables y generalmente
resistentes a la acción de desnaturalizantes, detergentes, solventes orgánicos,
y a la exposición a valores extremos de pH.
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